miércoles, 9 de mayo de 2007

Vértigo


“Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.”

Que me perdone Alejandra Pizarnik, pero al encontrar esta vieja fotografía sus versos han venido a mi memoria. La foto tiene más de un cuarto de siglo (suena más interesante así, jajajaj). Al redescubrirla entre tantas, me di cuenta de algo que andaba buscando en otro lado.
Si ves la imagen, ¿qué observás? No me refiero a esa bella niña (permitime una pequeña risita acá), sino más allá. Bueno, la calle es la del cole, pero yo iba por la vereda, vereda que compré en un par de ocasiones… Pocas, en comparación con la cantidad de años que llevo recorriéndola y esquivando la traicionera raíz del algarrobo de la esquina.
Seguí mirando. Sí, al fondo. Esa vieja casa allá… ya no existe más. No fue cualquier casa. Indagando en el pasado de mi pueblo y conversando con gente que ya lleva muchos años por acá, te enterás que esa casona era de la década del veinte –como casi todas las de la vuelta de la plaza- y que pertenecía a una familia tradicional del pueblo.
Que fue un crimen que la tiraran abajo, nadie lo niega. Si hasta ahí funcionó mi cole, el JME, en sus primeros tiempos. Tenía puertas con vidrios de colores y se hacían grandes bailes allí. Ahora quedan las ruinas y sobreviven algunas plantas de moras al fondo… Sólo he encontrado su imagen en esta foto… Voy a seguir buscando para ver si doy con otra más… Hay muchas cosas que se van perdiendo, lo mismo pasó con la “casa de la moneda”, pero esa es otra historia…

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