
Cuando vienen esos vientos que hacen que salgás a toda carrera a levantar ropa tendida, a cerrar puertas y ventanas, estos bichos los desafían. No sé cómo, pero yo los he visto hamacarse de un lado para el otro (parecía que estaban en un recital los tipos), sin perder el equilibrio... También si llegaban a caer... Pero parecía que lo habían ensayado y todo. La coreografía se llevaba un 10! Me acuerdo cuando se lo conté a mi amiga Florencia, cómo se reía esa mujer! Claro, se lo contaba con movimiento y todo. Mi señora madre no me va a dejar mentir.

También es cierto que en Trejo es común que las gallinas anden por las calles y ensucian y picotean todo. Especialmente en el sector de la plaza. Ahí nadie se hace cargo. Pero si algún perro las encara, enseguida saltan los perros -de la familia dueña de las aves- que las cuidan... No te va a dar rabia... Sin embargo, siempre se escapa algún pequeñuelo que tiene triste final y entonces el cuerpo del delito reposa en un improvisado cementerio parque, detrás de la palmera. Doy fe.
Así como las ves, mis mascotas tienen su prontuario. Parecen re buenos... No los dejamos salir a la calle, pero se escapan cuando sacan el auto. Mi mamá intenta atarlos pero "Pycho", el de color marrón, corta la soga con los dientes. En cambio, "Coco" totalmente resignado, espera. Son unos infelices pero ellos ladran como locos cuando escuchan el "Trejocor" o "El Milagro" -los transportes- que nos traen o cuando escuchan el motor del auto... Aunque mi hermano después los tenga que esquivar o apurar para que se hagan al lado... De cuando en cuando jugás con ellos y te hacen compañía. Los gallos también se hacen sentir. Calculo que el día que no estén o no esté yo, los voy a extrañar...
1 comentario:
Muy lindo tu pueblo, las fotos estan muy buenas. Saludos
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