
Qué carita, ¿eh? Como dice cierto cartel de la biblioteca del JME: "No juzgues un libro por su tapa". Voy a parafrasear: No juzgués mi bandera por su sol. ¡Y qué mirada! La compré ayer. Es para colgarla al frente de mi casa. No me gustaría que venga el 25 de Mayo y nos encuentre con el pedazo de bandera del año pasado. Una pieza de botín esa banderita mía que compré por nueve pesos en el barrio de mi hermano. Con sol y todo. Si no tiene sol no vale.
Todo empezó en mayo del año pasado. En plena siesta, un comando -integrado por mis papás y yo- puso unos clavos y ató la bandera en la esquina de la casa -en la intersección de José Manuel Celayes y Rivadavia-. En otras oportunidades habíamos puesto otra colgando del techo, pero no quedaba bien o no sé... Vino el Mundial y la robaron! No sé cómo pero pasó durante la primera ronda de partidos. En la escuela, cuando lo conté, algunos me decían que sabían quién había sido... Yo también decía que sabía, pero no tenía idea... Pasó también en otro edificio y con las banderas que habían colocado en los postes de la luz... El hecho salió hasta en la radio local... Lo cierto es que antes del partido con México, creo, apareció en el patio de mi casa. La habían arrojado por la tapia. Esta vez, mi mamá armada con la fibra para pintar en tela y alentada por mí, escribió: Vamos Argentina, carajo!!! Y la colgamos otra vez con un refuerzo de clavos. Todos la miraban pero nadie nos dijo algo sobre "el carajo", jajajja... Es más, alguien me la pidió porque le gustaba. Tiempo después, no recuerdo la fecha, apareció la mitad. Se habían llevado la parte con la frase, en un corte casi quirúrgico.
Ayer compré una, y como los números son mi perdición, me di cuenta que es demasiado grande y muy bonita para exponerla a los elementos. Me costó unos buenos mangos -para mi presupuesto- y he decidido guardarla para otra ocasión. Mi hermano, ruego mediante, me regaló una de dos que tiene en su casa y esa es la que vamos a colgar. Es muy parecida a la mutilada. Pero su sol está un poco apagado...
Me encanta un sol con cara... Y no son todas iguales… Pensar las veces que izan las banderas en los mástiles con el sol patas para arriba... En mis épocas de abanderada, siempre tratábamos de tenerlo en cuenta... Una vez nos faltó el moño del asta pero el sol, una pinturita...
Todo empezó en mayo del año pasado. En plena siesta, un comando -integrado por mis papás y yo- puso unos clavos y ató la bandera en la esquina de la casa -en la intersección de José Manuel Celayes y Rivadavia-. En otras oportunidades habíamos puesto otra colgando del techo, pero no quedaba bien o no sé... Vino el Mundial y la robaron! No sé cómo pero pasó durante la primera ronda de partidos. En la escuela, cuando lo conté, algunos me decían que sabían quién había sido... Yo también decía que sabía, pero no tenía idea... Pasó también en otro edificio y con las banderas que habían colocado en los postes de la luz... El hecho salió hasta en la radio local... Lo cierto es que antes del partido con México, creo, apareció en el patio de mi casa. La habían arrojado por la tapia. Esta vez, mi mamá armada con la fibra para pintar en tela y alentada por mí, escribió: Vamos Argentina, carajo!!! Y la colgamos otra vez con un refuerzo de clavos. Todos la miraban pero nadie nos dijo algo sobre "el carajo", jajajja... Es más, alguien me la pidió porque le gustaba. Tiempo después, no recuerdo la fecha, apareció la mitad. Se habían llevado la parte con la frase, en un corte casi quirúrgico.
Ayer compré una, y como los números son mi perdición, me di cuenta que es demasiado grande y muy bonita para exponerla a los elementos. Me costó unos buenos mangos -para mi presupuesto- y he decidido guardarla para otra ocasión. Mi hermano, ruego mediante, me regaló una de dos que tiene en su casa y esa es la que vamos a colgar. Es muy parecida a la mutilada. Pero su sol está un poco apagado...
Me encanta un sol con cara... Y no son todas iguales… Pensar las veces que izan las banderas en los mástiles con el sol patas para arriba... En mis épocas de abanderada, siempre tratábamos de tenerlo en cuenta... Una vez nos faltó el moño del asta pero el sol, una pinturita...
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