Se dice de Trejo, entre otras cosas, que por acá abundan los canes. Y es verdad. Como en otros lados, estos seres del mundo animal muestran su presencia, con mayor o menor éxito. Los podés ver en la calle; en sus moradas rejas mediante; persiguiendo autos, motos o bicis; acompañando a sus dueños con o sin su consentimiento; en los actos protocolares, acedémicos, deportivos, políticos, etc. Algunos roban desde huesos hasta pedazos de pan; otros... Están los que van a misa y los que van a la escuela -los hay expulsados, desertores, miedosos, pacientes, gruñones, colados, fieles, respetuosos, atrevidos, etc.-. Bueno, la lista sería interminable y en este sentido, no hay nada que no se vea en algún otro lado, ¿no?
Ayer, frente al Banco, en cercanías de la escuela R.G., tu mamá reparó en la mascota de la directora de esa institución, según ella. Y a vos te parece que sí, siempre está ahí o del otro lado del portón. El tipo se acomodaba para dormir frente al cole, entre el cordón de la vereda y la entrada, cerca de los autos y de los árboles. Y aquí es donde nos reímos pensando que seguramente ya tendría que ser doctor con los años que hace que va a la escuela -primaria para adultos y la otra común-. Es más, debe tener premio por asistencia perfecta y al mejor compañero...
Y a la tarde, cuando pasamos frente a nuestro cole, vimos al perro de la encargada de la limpieza. El comentario, ahí, rápido. Este ya atiende el teléfono un poco más. Ese sí que entra como Juan por su casa. No se queda al frente solamente. Lo has visto arañar la puerta desesperado por entrar cuando en la mañana alguna vez llegaste un par de minutos tarde y nos tocó esperar a que abrieran la puerta... La puerta principal, claro. Ahí pensaste que a él le tendrían que pagar el incentivo, jajajajja... Es cliente nuestro el Bianco y hasta lleva a su hijo... Está un rato en el primario y en el secundario... Mañana y tarde. Dueño(s) del cole.
Están hechos unos estudiantes crónicos... con una constancia...
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