



Rescatadas de la maraña de fotos viejas, nuevas, olvidables, geniales y demás calificativos que me guardo, las resucito. Son unas que saqué en enero. En su momento, yo pensaba subirlas al blog, pero por una extraña razón nunca lo hice. Pero hoy les toca el turno a algunas nomás...
Uf, qué día ese... Yo quería ver el paso del Dakar por mi país y lo más cerca era la ciudad de Córdoba. Veíamos todo el día las transmisiones y nos fascinábamos con las imágenes espectaculares de Argentina. Yo quiero ir a ver aunque sea la zona de la Escuela de Aviación, decía. Mandé mensajes a varias personas y traté de contagiar... pero nadie hacía viaje! Que no estaban, que no podían o no contestaban... Sin saber bien de qué manera llegaría, me fui -nos fuimos porque mi señora madre agarró viaje también-. Al final, cuando parecía que era más no que sí, apareció Carlitos que justo había salido temprano del trabajo y allá fuimos. Qué calorrrrrrrrrrrrrrrrrrr... ¿Llevábamos agua? Gorras sí. Igual le hicimos comprar a la ma una bordada que vendían, jajaja... Y a sacar fotos. Respeten la línea, muchachos. Atrás, atrás... Ahí viene uno, decían... Todos cámara en mano... y pasaba un camión recolector de residuos, jajaja... O aplaudían a uno en bici o la parejita en moto o a los camiones que tocaban bocina y saludaban... Infaltables el humor cordobés y el cuidar el lugarcito a dos manos. ¿Estuvimos un par de horas al sol en plena siesta de enero? Le sacaba fotos a todo lo que podía -y casi todos eran de asistencia o de la organización-, jajaja... Por ahí se te cruzaba algún infeliz -que supuestamente controlaba o dirigía algo- y te arruinaba la foto o sacando uno, perdías a otro. Los videítos salieron bien pero me comieron la memoria, jajaja... Lo cómico es que me quedó la cara roja más de un lado, jajaja... Pero valía la pena, ¿ah? ¿Qué decís, Carlitos?